Euclydes Lacerda de Almeida - Memórias e Reflexões
el enigma a descifrarse

El hombre tiene el derecho de vivir según su propia ley, de vivir en el modo en que quiera hacerlo, de trabajar como quiera, de actuar como quiera, de descansar como quiera, de morir como y cuando quiera."

Liber OZ


Euclydes entró en contacto con Thelema en 1962, por medio de Marcelo Ramos Motta, que se tornaría conocido por los aficionados del "Maluco Beleza" Raul Santos Seixas, como co-autor de algunas de las sus más famosas composiciones cargadas de misticismo, como ‘Gîta’ y ‘Tente otra vez’. Su primera ligación con asuntos espirituales vino de la propia familia, de umbandistas. "Yo era espiritista en esa época, kardecista", se acuerda.

Por poco, él y Motta no se conocieron en el Colégio Militar; ingresó en 1950, dos años después del otro tener se formado. "Fui un de los fundadores del Nucleo Espírita Horácio Lucas, que funciona en el Colegio hasta hoy. También hacía yoga en esa época, el Hermógenes fue mi instructor durante mucho tiempo. Después, fui para la Sociedad Teosófica junto con el Hermógenes, pero me quedé poco tiempo", cuenta.

Iniciado en la Grande Oriente de Brasil, también había llegado al grado 18 de la Masonería, con la cual se mostraba decepcionado. Ligado a la Teosofía, no demoró a se interesar por otros autores ocultistas, como los europeos Gerard Encausse (Papus) y Alphonse Louis Constant (Eliphas Levi Zahed). Motta, por su vez, había pertenecido a la representación brasileña de la Fraternitas Rosicruciana Antiqua (FRA), que primero divulgó la Ley de Thelema en Brasil; era fascinado por la "traducción mágica" de la obra de François Rabelais hecha por Crowley.

Motta se alejó de la FRA en el inicio de la década de 60, cuando lo entonces cabeza del orden en Brasil, Duval Ernani de Paula, expurgó los rituales de los elementos que remitiesen a la doctrina del inglés. Terminó entrando en contacto con el alemán Karl Johannes Germer, que después de serias disputas internas sucedió Crowley como líder de la Ordo Templi Orientis (Orden del Templo del Oriente, O.T.O.) cuando este murió, en 1947.

Editado por el própio Motta en la Gráfica Lux, en Rio de Janeiro, "Llamando los hijos del Sol" pretendía, de acuerdo con el autor, "traer noticia al público" sobre la existencia del sistema mágico desarrollado por Aleister Crowley. Motta, que firmaba solamente "M", puso una dirección para correspondencia, para los eventuales interesados. "En aquél tiempo no tenía correo electrónico, ¿no lo es? Ni tampoco orkut, blog, esas cosas. Hoy en día, es muy diferente, hasta yo tengo un blog, a pesar de raramente tocar en él", ironiza Euclydes.

El libro fue retirado de circulación por el autor luego en seguida – así que Motta detectó un error que perjudicaría la interpretación del símbolo de la Cábala judaica conocido como el Árbol de la Vida (Otz Chiim). Recogió casi todos. Los compradores podían ser contados en los dedos de una mano. Euclydes estaba entre ellos. "Un día, mi mujer me pidió para comprar un libro, cuyo nombre no me acuerdo. En los atriles de la librería, he visto el ‘Llamando los Hijos del Sol’. Aquello me interesó, compré y leí". Era diferente de todo lo que había leído hasta entonces. "Fue un choque".

El contacto entre los dos empezó por cartas, en 1963. Trocaban ideas sobre la filosofía thelémica y sobre la instalación de una sucursal de la Ordo Templi Orientis (OTO) en Brasil. Luego, las discusiones pasaron a ser personales. "Tengo todas las cartas que él me mandó en 63, por ahí, en que aún me llamaba de ‘señor Euclides’. Después es que él pasó a me llamar por el nombre mágico. Un día, el Marcelo me llamó, dijo que iba a me visitar y lo recibí. A partir de ese rato, me volví discípulo de él", se acuerda.

A la época, supone él, Motta debía tener más uno o dos dispuestos a ayudarle en la misión auto impuesta de difundir Thelema en Brasil. "Debía tener discípulos en los Estados Unidos, que yo no conocía. En la A.'. A.'. un solo conoce quien le inicia y quien uno inicia. En la O.T.O es diferente. Es un orden masónico, trabaja en conjunto. Todo el mundo se conoce. En la A.'.A.'. es muy difícil el contacto entre hermanos físicamente, digamos así", explica.

El golpe militar de 1 de abril de 1964 hizo los dos se alejaren. Todavía más porque en julio del mismo año, Motta se esquivó de un pedido formal de Euclydes para el ingreso en la O.T.O, según relato de este. Alegó que su autorización para criar una representación brasileña del orden inglés había sido enviada por el Correo por el maestro alemán residente en los Estados Unidos y sido "substraída" no se sabe por quien.

Los dos intentaban garimpar otros interesados. Distribuyeron tarjetas por las calles, con los versos de una de las obras de referencia de Crowley, el Liber OZ, libelo de este sobre el que juzgaba ser los derechos del ser humano – buena parte de ellos, completamente censo común. Solo consiguieron causar la revuelta de algunos con el trecho final, que afirma que el hombre "tiene el derecho de matar aquellos que intentaren negar sus derechos".

Euclydes niega que sea una sanción para asesinatos, como interpretan los críticos del orden: "Ese ‘matar’ ahí no lo es en el sentido literal. Tiene ciertas tendencias negativas, entre comillas, que tienen que ser muertas. No es matar físicamente, nada de eso". El discípulo de Motta afirma siempre tener defendido que las palabras de Crowley en sus obras dichas mágicas no pueden ser tomadas de forma literal. "El propio Crowley decía que nadie debía creer en él, cada uno debía creer en si propio, debía seguir su propio camino. Cualquier que sea el camino. Sea católico romano, umbandista, kardecista... no importa. Para nosotros, no importa el camino, contanto que la persona sea honesta y cumpla al pie de la letra aquello que escogió".

Con la muerte de Karl Germer, eclosionó una nueva disputa interna en la sucesión, que duró años, otro argumento utilizado por Motta para justificar la falta de una autorización "oficial" en la representación brasileña. En 1968, Euclydes fue transferido en la Petrobras, para un terminal en construcción en Paraíba del Sur, municipio en el interior del estado de Rio de Janeiro. El contacto con el instructor fue retomado gracias a la aparición de otro discípulo de Motta, que fuera instruido a procurar Euclydes en la nueva ciudad.

Como sería de se esperar, los diálogos entre los dos no se limitaban a las cuestiones mágicas y filosóficas. Charlaban normalmente, hablando de fútbol y política. Las instrucciones mágicas eran pasadas, básicamente por medio de manuscritos. Euclydes se acuerda que Motta lo criticó por no saber leer fluyentemente en inglés. Motta, profesor de la Cultura Inglesa, le alertaba para el peligro de las traducciones. "Él decía: ‘Aprenda inglés, porque es necesario para leer libros de Crowley... leyendo en portugués, las traducciones son medio distorcionadas. Descubrí que muchas veces las palabras no tienen el sentido que deberían tener". En 10 de diciembre de 1971, Motta envió carta a Euclydes afirmando que la sucesión de Germer fuera resolvida y el nuevo cabeza de la O.T.O era el inglés Kenneth Grant, discípulo directo de Crowley. Euclydes recibió patente del grado 3 del orden pasó los dos años siguientes practicando los ejercícios que Motta le pasaba. Todos los días, durante dos horas. Cierto día, inspirado por una experiencia ritualística, escribió un poema cargado de símbolos y lo envió al instructor.

"Tuve contacto con algo. Una visión de una entidad lindísima, por acaso femenina, que me transmitió muchas cosas. Me quedé deslumbrado con aquél acontecimiento. Después de leer, el Marcelo me dijo: ‘Usted atingió el grado de neófito, entonces lo reciba. Y yo lo recibí".

En el día 8 de diciembre de 1973, Euclydes asinó su juramento de Neófito de la A.'.A.'., teniendo Motta como instructor. La relación personal también se profundizó. "Era un hombre afable, personalmente. En se hablando Thelema, era exigente. Me acuerdo de una Copa del Mundo en que él estaba allá en casa y asistimos el juego. Brasil ganó, y las personas salieron en sus coches por la ciudad. Él también salió con su coche, festejando y todo eso. Era un hombre como otro cualquiera".

Los dos delineaban una sociedad dedicada a la difusión de Thelema. A pedido de Motta, Euclydes cuenta que hizo varias sugerencias para el nombre del grupo y la mayoría fue rechazada. Uno e ellos mereció un pinchazo especial del instructor: Sociedad Spartacus. "Él me contestó: ‘Spartacus es aquel que liberta esclavo. Nosotros no estamos acá para libertar nadie, cada uno que se liberte a si propio!’, ahí yo presenté Sociedad Nuevo Æon él dijo, ‘Bueno, ese nombre es un nombre inocuo, vamos a utilizarlo. En la época, no llegamos a registrar, después yo lo registré", explica.

Obtener nuevos adeptos, sin las facilidades electrónicas de hoy, era una tarea más ardua. Por diversos motivos, mágicos incluso, Motta establecera el número 11 como el mínimo para iniciar los trabajos. En noviembre de 1974, llegaran a 14, más que el suficiente. En julio de 1975, instructor y discípulo rompieron rumorosamente, como Euclydes relató con amplios detalles en su ensayo Marcelo Ramos Motta – Un enigma. Motta se quedó furioso porque los estatutos de la Sociedad Nuevo Æon siguieran para publicación en Diario Oficial, registrando oficialmente el grupo, sin que él los tuviera inspeccionado.

En el año siguiente, el ex-instructor sería acusado de tener seducido dos alumnas suyas de la Cultura Inglesa y las llevado para su departamento en la Calle Saint Roman, en Copacabana, para usar ácido lisérgico, cocaína e marihuana. El caso terminó arquivado por falta de pruebas, después de la casa de Motta ser alvo de inspecciones policiales, y ser interrogado en la Comisaría de Narcóticos. Euclydes sostén que Motta solo tenía un vicio: vino. "Cuando iba a mi casa, siempre tenía una o dos botellas de vino para bebermos", se acuerda.

A pesar de la manera abrupta como terminó la relación de los dos, Euclydes se refiere a Motta con evidente consideración. "íQuiero resaltar un punto: aunque yo haya tenido atrito con Marcelo Motta, tengo profunda admiración por él hasta hoy. No le venero, como dicen por ahí, que yo tengo hueso de él guardado en casa!", diviertese, contando en seguida el rumor de que tendría ido al cementerio de Teresópolis, donde Motta fue enterado, y retirado de allá los huesos del antiguo instructor. "No sé si fue el cráneo, la tibia, el fêmur... não sei nem qual foi! Y que trajo para casa y uso como si fuera un ídolo, para adoración".

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